¿Cómo fuiste seducida por el teatro?
Es algo de lo que muchas veces no nos damos cuenta. De repente sucede y listo. Fue un encanto que fue apareciendo. Cada vez el teatro me sorprende más, me entusiasma más. Tenía la influencia de mi padre, de mi madre y los genes hicieron lo demás. Esa posibilidad de expresar de una forma diferente lo que uno lleva dentro. Un buen número de actores somos tímidos, por eso es que el teatro nos sirve como un refugio y le da forma y pone bonito eso que queremos decir.
¿Cómo ha influenciado el teatro en tu vida?
Mucho. Me hizo más valiente, más observadora y sensible, sino, cómo podemos hacer arte. Mis energías las puedo canalizar mejor. Me parece que esa bomba en mí no llegó a explotar para hacer daño. El arte me da la posibilidad de crear, de construir aunque a veces los cohetones explotan.
¿Qué tan difícil es montar una obra teatral en nuestra ciudad?
Uf, uf, uf. Lo que más me frustra es el no poder, muchas veces, montar una obra tal como la imaginé. Este tema de lo económico, o sea constante escasez, tiene mucho que ver con la idiosincrasia del peruano: “así no más”… Es muy difícil que un creador desborde sus ideas y las plasme tal cual, porque se enciende una luz roja que dice “eso es caro”; “no hay presupuesto” ¡Pucha! Es realmente frustrante y llegamos a un estreno con un producto diferente al que surgió en nuestra imaginación. Y no es que son detalles, no pues, el arte es susceptible a todo y si necesito un telón lila pues un negro no me servirá porque cada color nos dice algo. Si necesito un vestido corto no puede ser un largo porque el personaje es de determinada forma ¿entiendes? Pero también hay que reconocer que los artistas que enfrentamos la realidad porque queremos hacer, debemos convertirnos en todo: vendedores, organizadores, productores, publicistas, costureros, etc. También es cierto que ya es hora de modernizarnos y aprender a ser formales, conocer a nuestro público, nuestros derechos, conocer las leyes dadas para el sector. Se necesitan promotores, productores, vendedores. Un ejemplo fresquito es el caso de Carlos Alcántara, él es un buen creador pero al lado de un manager su trabajo crece, se vende y consigue un éxito pleno.
Como productora, directora y actriz, ¿cuál ha sido la obra teatral que más satisfacciones te ha dado?
Yo te diría, primero que productora soy directora y es, dentro del teatro, lo que más me complace hacer. Como actriz, “Quíntuples” que se hizo en el año 1990 con “Acero Inoxidable” bajo la batuta del José Enrique Mavila. La satisfacción llegó después de haber logrado hacer cosas en la danza que me parecían muy complicadas y actuar. José era un director muy exigente y sumamente creativo que me dejó gran enseñanza. El monólogo de Eugene O´Neill “Antes del desayuno” por el hecho de atreverme a estar en el escenario sola y además me exigió remover aspectos de mi vida, emociones. Como directora: “Penicilina” que fue un trabajo de clowns creado por mí y que fue muy exitoso; “El zoológico de cristal” de Tennessee Williams; “Pic Nic en campo de batalla” de Arrabal y “La Cisura de Silvio” de Víctor Falcón, dramaturgo peruano. Como productora, todas las obras que hasta la fecha hice porque cada una implicó mucho esfuerzo, un eterno comenzar con elencos nuevos. Producir cada obra es una aventura en este país.
¿En algún momento tuviste ganas de abandonar el teatro?
Sí, el año pasado tuve un arranque y además lo hice público, jajaja. No es el teatro, no es lo que uno hace, son las personas, los ingratos, los arribistas, esos que esperan el trabajo del otro para infiltrarse y quedar como los santos patrones. Pero ya pasó, qué puedo hacer, soy gente de teatro, de aquí a la eternidad.
¿Crees que el primer crítico de nuestro trabajo artístico debe ser uno mismo?
Sí, siempre y en todo, pero en nuestro trabajo hay que tomar en cuenta al público, él es nuestro principal crítico, sea un público conocedor o no. Algunos racionalizan lo que ven, otros se dejan llevar por la piel, por esto no podemos decir que hay público malo y público bueno, pero sí podemos hablar de un público entendido, acostumbrado a ver teatro lo que hace la diferencia por que en la frecuencia aprenden los códigos, el lenguaje, así se hace más fácil digerir una propuesta escénica. No se trata de dejarnos llevar por la emoción del público que puede ser sincera pero si queremos progresar como grupo, si queremos buscar la mejor forma de dar nuestros mensajes, si queremos estar a la vanguardia pues no podemos quedarnos con solo el público local, amigo, familiar. Tenemos que, -y yo siempre lo hago así- buscar otros espacios, otros públicos, críticos especializados que sin ser la última palabra, representan una opinión autorizada.
Soy bastante inconforme y es conveniente serlo. Siempre hay algo mejor, por eso después de un estreno volvemos a los ensayos hasta lograr una mediana satisfacción.
A esta altura de tu carrera teatral, ¿qué sientes que has logrado y que crees te falta por realizar?
Falta por lograr muchas cosas, lo que la vida me permita. Como madre es donde creo me falta lograr mucho más. Es aquí, donde soy la productora, directora, la creadora. Es complicado. Esta, mi hija, deberá ser mi mejor producción.
En el teatro creo que me falta arriesgar más, ser más atrevida. Pero sí estoy satisfecha de haber calado en los jóvenes que pasaron en algún momento por mis manos pues se fueron, motivados y respetando el trabajo del artista y dándole al arte un lugar preferencial.
¿Crees que el artista necesita estar siempre renovándose? ¿Por qué?
Pero claro, sino mira el teatro que Chiclayo tiene. Estancado en algún momento del tiempo que pasó hace mucho. Es una pena que estemos en una ciudad que no nos da posibilidades, oportunidades para llenar nuestro espíritu, ver más y modernas propuestas, hablo de espectáculos de danza clásica y contemporánea, de conciertos musicales, de buen teatro, ferias de libro bien producidas, visita de importantes compañías teatrales y no hablemos de las oportunidades para capacitarnos.
Hoy en día la exigencia para un actor se cuadriplicó pues un actor moderno debe cantar, bailar, tocar instrumentos, hacer acrobacia, etc. Cuando se pensaba que el teatro desaparecería, sucedió todo lo contrario. Lima está viviendo un boom del teatro. Se hace teatro por todos lados y algunos de sus municipios están haciendo actividades, además de financiarlas porque para eso se pensó en un presupuesto para la cultura, eso no sucede aquí.
Los artistas deben cambiar sus mentalidades. No se capacitan, no salen a buscar las novedades, a entender cómo debe estar direccionada mi producción artística en este mundo que me exige nuevas cosas.
¿Actualmente tienes algún proyecto a puertas?
Sí. Con ESTACION estamos trabajando en el estreno próximo de una obra para niños ¡Por fin! La dirección está a cargo de Oscar Spinola. También, estoy en conversaciones con dos jóvenes actrices para iniciar un nuevo proyecto que estaría basado en la cuentería. Seguimos trabajando con “Del norte vengo…” más aun que cambia el elenco e ingresa una actriz trujillana. ¡Qué buenas actrices hay en Trujillo!. Con Cultura Urbana estamos puliendo los trabajos que fueron estrenados el 27 de marzo y haciendo un plan de presentaciones. En julio iniciaremos el montaje de un trabajo que dejamos a medio hacer el año pasado “Pasión y Muerte” Trilogía de la Tierra de Lorca. Esta es una propuesta escénica que toma los textos de Yerma, La Casa de Bernarda Alba y Bodas de Sangre y la dirección estará a cargo de Manuela Serrano, una encantadora española y yo. Creo que será una aventura rubriquista porque Lorca es maravilloso y porque esto que hacemos lo hacemos de buena fe, además, acompañadas de jóvenes que quieren aprender y descubrir cosas del mundo que les fueron negadas debido a sistema educativo castrante.
¿Cómo observas la situación actual de la cultura en Chiclayo y en Lambayeque en general?
La situación de la cultura en Chiclayo, que sí la hay porque no podemos decir que algo tiene o no cultura, todo es cultura. Pues la situación particular de la cultura en Chiclayo tiene una idiosincrasia que la distingue. El asunto está en que hay que fomentar los otros aspectos y caminos de otras culturas para alimentarnos, para saber que existen otras cosas, tener opciones, conocer el mundo y sus culturas y así entender la nuestra y mirarnos dónde y cómo estamos parados. Chiclayo es una ciudad donde el folclore tiene la prioridad, lo que no debiera significar que es una ciudad folclórica. El arte clásico, aquel que tiene métodos, técnicas, investigación, que se desarrolla en base a una estética, que es de sala y no de tierra, me refiero en esto último a que el folklore nace de la espontaneidad del pueblo, lo cual es maravilloso porque el folclore es una de las formas que nos ayudan también, a conservar nuestra identidad, a sentirnos orgullosos de lo que fuimos y somos, a sentirnos parte de algo, no exige técnicas y métodos sofisticados, es como es. Aunque hoy en día hay que reconocer que hasta el folclórico se está sofisticando porque hay una cada vez más fuerte influencia occidental en esta globalización que nos hace aparecer un poco despintados, porque ahora se piensa en vender. El otro lado de la cultura que tiene que ver con toda aquella influencia foránea sobre todo europea, nos engancha con el otro lado del mundo, con formas diferentes y más exigentes, de mayor análisis, bueno esto para ampliar nuestros horizontes intelectuales. Y aquí nos estancamos, porque no se entiende y no se acepta así. Se tiene miedo a lo nuevo. Ahora en pleno siglo XXI Chiclayo todavía le corre a lo desconocido, se encierra en sus murallas y no se permite el desarrollo real, de cara al mundo y sus miles de influencias que enriquecen nuestras mutuas culturas.
Debo reconocer que últimamente hay cierto tránsito de acciones que dan movimiento pero ¡cuánto nos falta! Conversaba hace unos pocos días con una amiga, de esas selectas, cantautora, poeta y me hacía ver que desde hace 4 años que viene a Chiclayo los 15 de abril y no vio hasta hace unos días ningún interés o iniciativa frente a una fecha que nos debiera recordarnos a tan ilustre poeta. … ¡qué verdad!… ¿qué pasó? Se nos escapó como se nos escapan tantas cosas. Después, decía ella, queremos que los chicos lean, conozcan a la gente buena que también tiene este país, no solo a los melandros a los que ya nos estamos acostumbrados.
¿Como aprecias el desenvolvimiento de la actividad teatral en la región?
Pobre, falta de propuestas, escasa, casi nula, sin compromiso.
¿Como percibes la actividad de la sociedad lambayecana frente a la cultura?
Esta pregunta me complica. La sociedad lambayecana, específicamente la chiclayana es muy particular, también es predecible. Creo que es una sociedad poco exigente lo cual se debe a la falta de formación e información. Se les ha ensañado que la cultura no es importante, que el arte es cosa pasajera, relleno, que no es algo serio. Los mismos profesores tienen sueño cuando se les habla de arte, “debo dormir” dicho así literalmente por una profesora universitaria. También es una sociedad desorientada, que no encuentra su ruta, creo que son muchas rutas las que se quieren seguir. No se ha podido unificar la pluriculturalidad hacia un objetivo en común, pero para eso nuestros guías deben ser sensibles e inteligentes.
¿Crees que se están llevando a cabo gestiones o iniciativas por parte de las entidades públicas o privadas por mejorar la situación de la cultura en Chiclayo?
Si se hacen esos esfuerzos, son muy tímidos, pasajeros, solo para aplacar la conciencia y otros para alimentar su ego. Mientras no se tome la decisión y no se entienda que la cultura y la educación son las principales herramientas del progreso seguiremos diciendo lo mismo en estas entrevistas.
¿Tiene Chiclayo espacios públicos o privados donde el artista se sienta cómodo para poder desarrollar algún proyecto cultural? ¿Crees que cuenta con los medios para poder lograr sus objetivos?
No, no, no. Cómo podemos llamar ciudad a un lugar que, además de no tener un diseño urbanístico, no tiene teatros, los auditorios no son teatros señores arquitectos e ingenieros; donde no hay salas especializadas para exposiciones pictóricas, fotográficas, etc.; donde no hay salas para conferencias, presentaciones de libro, donde se cree que una feria se trata de colocar unas cuantas carpas de mal aspecto y sin novedades, donde no hay escenarios en espacios abiertos para el público y que este pueda disfrutar de espectáculos gratuitos. No estoy diciendo que el artista trabaje gratis, por su puesto. Como bien veía en un reportaje hecho por unos amigos periodistas chiclayanos, el Parque Principal de Chiclayo se convierte en la alternativa…sí pues, ahí vegetan muchos y duermen las mentes.
Muchas veces los cargos relacionados con la cultura son ocupados por personas que desconocen o no tienen nada que ver con el tema. ¿Qué aptitudes y cualidades personales, académicas y profesionales crees tú, que debe tener la persona que se quiera dedicar a la gestión cultural en el ámbito de la esfera pública y privada?
Bueno, esta es una realidad que ha ido cambiando, aunque aún hay un largo camino por delante. La política del amiguismo, del compadrazgo y el reconocer en alguien que no tiene mayor experiencia salvo una obrita, o cantar en alguna peña para los amigos, rascar su guitarra, lo convierte en un experto gestor y lo hace merecedor de un cargo por el cual deberá tomar decisiones y conducir los caminos del desarrollo cultural. Esto todavía existe. El que debe hacer gestión es el gestor, los artistas son los creadores, el profesor de matemáticas en sus matemáticas, el deportista en su deporte. Sí podemos reconocer a esos artistas que a través de su trayectoria y la necesidad de ser su propio gestor, aprendieron de promoción, marketing y gestión cultural. Pero hay que aprenderlo no improvisarlo. Hay que vivirlo y sentirlo. ¿Quienes deberían ser estas personas? pues gente sensible, cercanos a alguna actividad artística, líderes con iniciativa y valentía, personas que entendieron que la cultura es el motor de las sociedades, que el mundo está buscando otras oportunidades, que el humanismo pareciera que vuelve a tomar su lugar de preferencia como lo fue en algún momento de la historia, que el arte debe ser financiado porque es una necesidad del pueblo, la ocasión maravillosa de encontrarse, de manifestarse y de divertir, creciendo, al espíritu.
¿Cómo vislumbras el panorama cultural de Chiclayo y el teatro en el mediano y largo plazo?
El panorama lo veo lleno de polvo, porque además hay mucho polvo en las calles, pareciera que vivimos en uno de esos primeros pueblos del oeste norteamericano y si vemos la educación de las personas en las calles, pues me siento en pleno “Tucson, Arizona, el pueblo que se negó a morir” jajaja, recuerdo esa vieja serie. No podría responderte el resto de tu pregunta porque si no puedo vislumbrar el presente pues no puedo tener mayor idea del futuro. Por el momento, han enviado a las Direcciones Regionales de Cultura un Túpac que nos cobrara hasta el aire que respiremos en cada sede. Puedo hablar de lo que ESTACION y Cultura Urbana hacemos, eso es lo próximo, eso es lo medible… mientras sigamos solos.
¿Qué necesitaría Chiclayo para convertirse en un referente de progreso cultural en el país? ¿Crees que para que esto suceda los artistas también necesitan tener un compromiso mayor con su trabajo creativo y con la sociedad lambayecana?
Hablar de referente creo que es mucho pedir por ahora, estamos en pañales y además, de tela. Necesitamos votar mejor por nuestras autoridades, nos falta cultura cívica.Faltan políticas culturales, falta darle la ruta original a los presupuestos que ya fueron destinados a cultura. ¿Qué fue de la consulta popular que se incentivó pidiendo algunas respuestas respecto de este presupuesto?
Falta que se involucren en esto el sector público, privado, las instituciones educativas, que los profesores se pongan las pilas y aprendan pues lo que no saben. También, hay que trabajar con los jóvenes, en las universidades. Hay muchas universidades en esta ciudad, yo pregunto ¿Cuál es la finalidad?
Por su puesto que los artistas deben ser los primeros en asumir su compromiso, pero siento que ese compromiso se perdió en el correr del tiempo. Creo que no hemos procesado el saber para qué tenemos este don. No están cumpliendo su parte, tampoco se trata de esperar que alguien nos dé. Ya dejó de ser justificación del no hacer el que no nos den. Hay que ganarse el lugar: ser, hacer y tal vez, esperar, pero sin detenerse.
¿Qué se podría hacer para activar el Teatro Dos de Mayo?
Primero, hay que restaurarlo y modernizarlo. Hay que hacer proyectos para lograr que ese dinero que espera por iniciativas y que muchas veces se devuelve a las fuentes, pueda ayudarnos a rescatar el teatro y por qué no, construir otros espacios para la actividad cultural y artística. No sé en qué estado esta la gestión, no sé si hay gestión alguna. Las cosas no están claras al respecto.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que quieren dedicarse al teatro y a los que están iniciando su experiencia en las tablas?
Si en verdad quieren hacer teatro -algo que no creo descubran tan jóvenes, porque es una decisión difícil por las condiciones con las que nuestra realidad nos enfrenta- sigan su impulso, su sueño, prueben. No hay peor cosa que la de no arriesgar. Pero, estudien, es necesario y busquen lo mejor, si no hay aquí pues está Lima y de acuerdo a sus posibilidades, otros países, cercanos o lejanos. Creo que cuando uno va a estudiar una especialidad debe buscar el mejor lugar, ese que te conecte con la carrera y con las posibilidades futuras. No se puede hacer una carrera pensando en un cartón o en el dinero que se ganará, menos con una carrera artística. El teatro, por ejemplo, no es una carrera con la que se ganará gran dinero, pero sí es una carrera que te hará vivir y conocer al ser humano y entender mejor al mundo, viajándolo, imaginándolo, analizándolo.
¿Desearías agregar algo más?
Darte las gracias por esta entrevista, por la iniciativa de crear espacios para comunicarnos. Es importante. Creo que hay que bombardear de información a la población y en esto deben estar comprometidos los medios de comunicación.
SOBRE LIZ MORENO
Se inició en el Club de Teatro de Lima. Después de 2 años pasó al importante grupo “Teatro del Sol”. Posteriormente fue invitada a integrar “Acero Inoxidable”, un grupo que sonó mucho en Lima en la época de fines de los 80 e inicios de los 90, dirigido por José Enrique Mavila. Con ellos hizo clowns, teatro y danza. En 1998 ingresó a la UNPRG donde formó Cultura Urbana. En 1999 ingresó a la USAT y formó el Taller de Teatro, hasta el año 2012. Durante un año y medio también trabajó con el Taller de Teatro de la USS hasta que decidió retirarse. En el año 1998 formó ESTACIÓN Producciones y grupo de teatro, grupo independiente con el que ha montado varias obras teatrales y realizados festivales de teatro. Ahora ESTACIÓN es Punto de Cultura reconocido por el Ministerio de Cultura, Lima.